lunes, 31 de julio de 2006

Leer Libera: Entrega X (Diccionario del Diablo)


Hola, este es, sin duda, el libro más característico de un escritor de lo más peculiar: Ambrose Gwinett Bierce. Este autor, hace en su vida personal, trágica y con permanentes reveses de fortuna, gala de las mismas virtudes que aparecen en El diccionario del diablo, esto es, mucho sarcasmo, mucho humor negro y mucha mala ley (o leche como dicen los cachacos), todo ello aderezado con toques más o menos fantásticos, más o menos siniestros. Así, en el libro que les envío hoy, nos encontramos, como si de una erudita enciclopedia se tratase, con todo tipo de acepciones y entradas de las que el autor se sirve para criticar a la sociedad en general y ridiculizar a los arquetipos, las instituciones y todo lo políticamente correcto. Arremete contra todos y contra todo con un fino pero negrísimo sentido del humor, que no en vano le valió el sobrenombre de Ambrose "El amargo" Bierce. Esta es una lectura que debe hacerse por sorbos y no de un solo trago. Hay que volver a ella con frecuencia y les aseguro que encontrarán, cada vez, una nueva manera de ver sus definiciones.
Y llegado a este punto, creo que no hay mejor forma de reflejar las virtudes de este libro, por irresistible y evidente, que citar algunas de las definiciones que aparecen en él y que reflejan su esencia. Es una selección de definiciones que hice años ha, cuando me tope por primera vez con este texto.
Abstemio, s. Persona de carácter débil, que cede a la tentación de negarse un placer. Abstemio total es el que se abstiene de todo, menos de la abstención; en especial, se abstiene de no meterse en los asuntos ajenos.
Amistad, s. Barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero a uno solo en caso de tormenta.
Apático. Adj. Casado hace seis semanas.
Batalla, s. Método de desatar con los dientes un nudo político que no pudo desatarse con la lengua.
Boda, s. Ceremonia por la que dos personas se proponen convertirse en una, una se propone convertirse en nada, y nada se propone volverse soportable.
Calamidad, s. Recordatorio evidente e inconfundible de que las cosas de esta vida no obedecen a nuestra voluntad. Hay dos clases de calamidades: las desgracias propias y la buena suerte ajena.
Cerebro, s. Aparato con que pensamos que pensamos. Lo que distingue al hombre contento con "ser" algo del que quiere "hacer" algo. Un hombre de mucho dinero, o de posición prominente, tiene por lo común tanto cerebro en la cabeza que sus vecinos no pueden conservar el sombrero puesto. En nuestra civilización y bajo nuestra forma republicana de gobierno, el cerebro es tan apreciado que se recompensa a quien lo posee eximiéndolo de las preocupaciones del poder.
Cita, s. Repetición errónea de palabras ajenas.
Distancia. s. Única cosa que los ricos están dispuestos a otorgar a los pobres que acuden a ellos.
Egoísta, s. Persona de mal gusto, que se interesa más en sí mismo que en mí.
Espalda, s. Parte del cuerpo de un amigo que uno tiene el privilegio de contemplar en la adversidad.
Felicidad. s. Agradable sensación que se produce al contemplar la miseria ajena.
Imbecilidad. s. Especie de inspiración divina o fuego sagrado, padecida por los críticos que censuran a este diccionario.
Impropio. Adj. Cercano a la Vulgaridad, siendo éste el peor pecado concebible.
Injuria, s. Ofensa que sigue en gravedad a un desdén.
Niñez, s. Período de la vida humana intermedio entre la idiotez de la primera infancia y la locura de la juventud, a dos pasos del pecado de la adultez, y a tres del remordimiento de la ancianidad.
Oportunidad. s. Ocasión propicia para pescarse una desilusión.
Timar. V. Tr. Decirle al pueblo soberano que si uno es elegido no robará.
En definitiva, este es un libro que a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación, un siglo, sigue manteniéndose plenamente en forma, y cuyas numerosas virtudes recomiendo nuevamente que se vayan paladeando poco a poco, de lectura en lectura.
Como última aclaración me permito señalar que, pese al titulo del libro, éste no trata de satanismos ni brujerías varias, ni otras yerbas y que el único diablo que aparece en sus páginas, claro está, es el propio Ambrose Bierce. A disfrutar, pues.
Ciao
Omar
Pueden descargar el texto en este link: http://www.delray.com.ar/dt/diccionariodiablo.pdf
BIOGRAFÍA
AMBROSE GWINETT BIERCE (1842-1914?), escritor satírico y periodista estadounidense, nacido en Meigs County (Ohio). Prestó sus servicios en el Ejército de la Unión durante la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) y dirigió una expedición militar al oeste. Bierce se estableció en San Francisco, donde escribió breves e ingeniosos artículos políticos y una columna para el periódico News-Letter. Alrededor de 1868 se convirtió en su editor. En 1872 se trasladó a Londres. Bajo el seudónimo de Dod Grile, escribió corrosivos artículos y relatos para las revistas Fun y Figaro, que posteriormente se publicaron en la recopilación titulada Telarañas de una calavera vacía (1874).
Bierce regresó a San Francisco en 1877. Allí continuó colaborando con el Argonaut, fue editor del Wasp y escribió una columna para el Sunday Examiner, propiedad de William Randolph Hearst. En su estilo sobresale un ingenio y una fascinación por el horror y la muerte y su dominio del relato hizo que se le comparara en ocasiones con los escritores estadounidenses Edgar Allan Poe y Bret Harte. Entre 1899 y 1913 trabajó para Hearst en Washington, D.C., y se dedicó a revisar sus propias obras. En 1913 viajó a México donde participó en la Revolución Mexicana y nunca más se supo de él. (Suponemos que esta muerto) Sus Obras completas se publicaron en 12 volúmenes (1909-1912) e incluyen el Diccionario del diablo, titulado originalmente Diccionario del cínico (1906).
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