miércoles, 21 de febrero de 2007

Leer Libera: Entrega XVII (Crónicas de Carnaval)


Hola amigos, esta entrega de Leer Libera esta dedicada, como no, a una de las fiestas culturales más importantes de nuestro país: El carnaval de Barranquilla. Es el primer libro que les envío sin haberlo leído antes; pero no quiero dejar que el recuerdo de estas fiestas se nos borre rápidamente, como las cenizas que hoy adornan los rostros de muchos de los costeños (y de otras regiones) que disfrutaron los carnavales y que en este día retornan a sus cotidianas actividades.
Como dice Cuco Valoy, las oportunidades las pintan calvas. Supe del libro que hoy comparto con ustedes, el jueves 15 de febrero por una nota del diario El Tiempo, que lo ofrecía a sus lectores como un abrebocas de las carnestolendas barranquilleras, y desde entonces me di a la tarea de conseguirlo. Como me fue imposible descargarlo del Web Site de El Tiempo, contacté a Jairo Iriarte Valencia y Mauricio Gaviria, Web Master y Coordinador Editorial respectivamente, de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), quienes gentilmente me lo hicieron llegar el lunes de carnaval (je, je, je, en pleno festival de orquestas) y hoy mis amigos lo pongo a su disposición.

Este es un libro compuesto por 13 c
rónicas escritas durante los talleres de Periodismo Cultural organizados por la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la FOPI, en los Carnavales de Barranquilla de los años 2004 y 2006, bajo la tutela de Héctor Feliciano, periodista especializado en temas culturales y maestro de la FNPI. Los autores, son reporteros de 14 países de América Latina que vivieron el Carnaval de Barranquilla, y exploraron todas las posibilidades de un género periodístico, la crónica, para contarlo. Ilustrado con excelente material fotográfico, este libro reúne las mejores historias que ellos encontraron. Es un novísimo documento que salió de imprenta en noviembre de 2006 y aparece físicamente y en versión digital en febrero de este año.

Solo he leído la presentación de Jaime Abello Banfi, el prologo de Héctor Feliciano y me he deleitado con las fotografías del foto-ensayo de Gonzalo Martinez, pero eso ha sido suficiente para capturar mi atención, sobre este inmenso trabajo, como creo que les va a ocurrir a ustedes. Ojala el texto sirva entre otras cosas, para comprender un poco mejor lo que significan estas fiestas, entender que están hacen parte de lo que somos como costeños y como caribes, que es una expresión de nuestra cultura, que es el súmmum de las fiestas comunes en nuestra tierra y ojalá contribuya también, a cambiar las connotaciones perversas, dañinas y satánicas (entre otras yerbas) que algunas mentes calenturientas y faltas de recato, no dudan en atribuirle.

Debo advertir, que el archivo es un poco "pesado" (4,5 Mb), por la cantidad de fotografías que incluye. Si tienen dificultades para descargarlo, por favor me cuentan y ahí vemos como se los hago llegar.

Para descargar el Libro: 

Como siempre, un abrazo y a disfrutar pues.


El Carnaval es una alegría desbordante
y contagiosa que se manifiesta en quienes
participan en los desfiles y las distintas
actividades; y en el público, que también debe
portar ese sentimiento que podríamos decir
es una epidemia. Y es que como dice el lema
de estas fiestas: ¡¡¡Quien lo vive (y a veces
hasta quien lo muere) es quien lo goza!!!
"Fernando Mercado"
A modo de presentación
D esde que fue inventada, la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) ha mantenido estrechos vínculos con Barranquilla. Fue en esta ciudad, en una noche de brisas de diciembre de 1993, donde Gabriel García Márquez, su esposa Mercedes y yo, junto con algunos amigos, empezamos a hablar en serio sobre su idea de hacer unos talleres para periodistas. La charla sabrosa de aquella buena cena daría lugar a la preparación de un proyecto y, menos de un año después, a la creación en Cartagena de Indias de esta organización, que busca contribuir a la formación y el desarrollo profesional de los periodistas y a la búsqueda de la calidad periodística en los medios iberoamericanos. No es de extrañar que el primer taller de reportaje impartido personalmente por García Márquez en el marco de las actividades de su fundación, se hubiera celebrado a mediados de 1995 en la bella casona del barrio El Prado perteneciente al diario El Heraldo de Barranquilla.
Las fechas móviles en que se hace cada año el Carnaval de Barranquilla han estado desde siempre marcadas en la programación de la FNPI. A lo largo de los años, decenas de reporteros y editores de todos países de América Latina han conocido y disfrutado el Carnaval al terminar, o antes de comenzar, un taller de periodismo en Cartagena o en la propia Barranquilla.
A partir de la declaratoria del Carnaval de Barranquilla como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad en 2003, los equipos de trabajo conjunto de la FNPI y una aliada formidable, como es la Corporación Andina de Fomento (CAF), nos dimos cuenta de que se presentaba una oportunidad magnífica para organizar unos talleres muy serios de periodismo cultural y narrativo, tomando como campo de experimentación y práctica el escenario inigualable de fiesta y cultura populares que la Unesco recomienda que el mundo conozca y proteja como parte de la herencia común. En las calles de la ciudad en carnaval se encuentra una riqueza singular y única de tradiciones folclóricas, libertades expresivas, pequeños y grandes negocios, espectáculos y estéticas inusitadas, lecciones de humanismo, tensiones y distensiones políticas y sociales, en fin, historias de toda clase que merecen la atención del nuevo periodismo.
Vale la pena recordar las palabras del presidente de la junta directiva de la FNPI, Gabriel García Márquez, cuando expresó, en un mensaje enviado en mayo de 2003 a los directivos y evaluadores de la Unesco, para apoyar la postulación del Carnaval de Barranquilla: "El Carnaval de Barranquilla es la manifestación folclórica y festiva de la cultura popular del Caribe colombiano, la misma que alimenta mis imágenes y mi literatura… Sus raíces tradicionales provienen de las comunidades campesinas, indígenas y afro-americanas diseminadas por la región, en una afortunada fusión con la matriz europea de la fiesta traída por los colonizadores españoles. En un país afectado por la violencia este carnaval es un espacio excepcional de convivencia pacífica, tolerancia y diversidad cultural".
El primer taller se realizó en 2004 y el segundo en 2006, en el marco de la serie Encuentros de Periodismo CAF+FNPI, bajo la conducción experta y entusiasta de Héctor Feliciano, maestro de la Fundación, periodista puertorriqueño con amplia trayectoria en la investigación y reportaje sobre temas culturales, y digno bailador de los ritmos cadenciosos del Caribe colombiano. La mirada fotográfica en los talleres fue orientada por Gonzalo Martínez, editor fotográfico del diario de Buenos Aires, a quien la amorosa dedicación al trabajo visual del Carnaval todavía no le ha permitido aprender a bailar de mejor manera.
Editar un libro con una selección de los relatos de texto y fotografía más significativos producidos en estos talleres y publicados en distintos medios del continente americano, es una contribución a la memoria de nuestro periodismo cultural y, sobre todo, a la posibilidad de profundizar la mirada y agudizar la comprensión de los barranquilleros y los lectores del mundo iberoamericano sobre un fenómeno cultural único, que ahora es reconocido y debe ser conservado como patrimonio inmaterial de toda la humanidad.
Este libro, "Crónicas de Carnaval", se pone a disposición de todos los interesados en forma gratuita, tanto impresa como virtual, por lo cual la FNPI reitera su agradecimiento a los periodistas participantes en los talleres, a la Corporación Andina de Fomento, en particular a su presidente Enrique García y sus colaboradores José Luis Ramírez y Nathalie Gerbasi, a la Fundación BAT y su directora Oliva Díaz Granados, que brindaron un apoyo decisivo, a la Fundación Carnaval de Barranquilla, y a todas las personas y organizaciones que de una u otra forma han contribuido a hacerlo posible.
Jaime Abello Banfi
Director Ejecutivo de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano
Tomado de:

sábado, 3 de febrero de 2007

Leer Libera: Entrega XVI (Las leyes fundamentales de la estupidez humana)


Por los acontecimientos que he vivido, afrontado, padecido y observado en estas primeras semanas del 2007, empecé a darle vueltas a un tema al que vuelvo a menudo: la estupidez del ser humano; y se me vino a la cabeza un libro que hace muchos años pude hojear con alguna frecuencia en la biblioteca de la Universidad de Cartagena, escrito por Paul Tabori, un ciudadano húngaro, creo que a finales del siglo XIX: La historia de la Estupidez Humana. Como no tenía el libro, les escribí a mis amigas Myriam y Carmen, de la Biblioteca Virtual Brisa para que me enviaran el libro de Tabori y otros que hablaran de ese tema, para mi apasionante. Me enviaron dos libros, el de Tabori y otro, que es el que les hago llegar en esta entrega de Leer Libera.


Siempre me ha fascinado la estupidez. La mía, por supuesto; y eso es una causa suficientemente grande de ansiedad. Pero las cosas se vuelven mucho peores cuando uno tiene la oportunidad de ver como la “Gente Grande toma Decisiones Grandes”.

Generalmente tendemos a culpar a la perversidad intencional, a la malicia astuta, la megalomanía, etc. de las malas decisiones. Están allí, por supuesto; pero cualquier estudio cuidadoso de la historia, o de los eventos actuales, lleva a la invariable conclusión que la fuente más grande de los terribles errores, es la pura estupidez. Cuando se combina con otros factores, como la juventud, la riqueza, el poder, el temor o la pobreza, (como sucede a menudo) los resultados pueden ser devastadores.

Otra cosa que me sorprende (¿o no debería?) es el escaso material dedicado al estudio de un tema tan importante. Existen departamentos universitarios para analizar las complejidades matemáticas de los movimientos de las hormigas del Amazonas, o la historia medieval de las islas Mauricio, pero nunca he sabido de una Fundación o Consejo Consultivo que apoye los estudios de la Estupidología. ¿Se podría llamar así a esa disciplina?

Si existe una obra digna de ser leída por todos, y de manera obligatoria para algunos, creo que es este libro de Tabori, admirable trabajo investigativo, con un detallado análisis de lo que la conducta humana en materia de estupidez puede desarrollar. Con maestría expone las leyes fundamentales de la estupidez humana, las distintas categorías de estupideces y de estúpidos, hasta llevarnos al poder que alcanza la estupidez, cuando "criaturas humanas estúpidas" (así les llama) influyen sobre otras y en distintas intensidades, y dice: "Algunos estúpidos causan normalmente perjuicios limitados, pero hay otros que llegan a ocasionar daños terribles, no ya a uno o dos individuos, sino a comunidades o sociedades enteras”. La capacidad de hacer daño que tiene una persona estúpida depende de dos factores principales: del factor genético y del grado de poder o autoridad que ocupa en la sociedad.

Como puede inferirse, el análisis de la tontería humana es tan antiguo como esta misma y de ese análisis surge una sentencia que golpea como puño: La estupidez es un privilegio de la inteligencia humana. Solo el hombre puede cometerla. Algunos nacen estúpidos, otros alcanzan el estado de estupidez, y hay individuos, a quienes, la estupidez se les adhiere. Pero la mayoría son estúpidos no por influencia de sus antepasados o de sus contemporáneos. Es el resultado de un duro esfuerzo personal. Hacen el papel de tonto. En realidad, algunos sobresalen y hacen el tonto cabal y perfecto. Naturalmente, son los últimos en saberlo, y uno se resiste a ponerlos sobre aviso, pues la ignorancia de la estupidez, como nos enseñaba el profesor Carlos Angulo Valdés, (q.e.p.d), equivale a la bienaventuranza.

Leía en una revista, que entre las dos guerras, en Europa Central existió un insulto común, que adoptaba la forma de una pregunta. Solía preguntarse: “Dígame.... ¿duele ser estúpido?” Desgraciadamente, no duele. Si la estupidez se pareciera al dolor de muelas, ya se habría buscado hace mucho la solución del problema.

Aunque, a decir verdad, la estupidez duele, sólo que rara vez le duele al estúpido. Y esta es una de las más grandes tragedias del mundo.

El segundo texto que Myriam y Carmen me hicieron llegar a finales de enero de 2007 y que hoy quiero compartir con ustedes, es un texto corto, realmente un ensayo de 15 páginas, que según me dicen este par de amigas, es uno de los trabajos más divulgados de Carlo M. Cipolla, historiador italiano, de quien hasta ahora y debo confesarlo, no había oído nombrar.

El texto, es un breve análisis económico, demográfico e histórico de la estupidez humana que publicó en su libro "Allegro ma non troppo" de 1988. Si mi precario italiano no me falla, el titulo del libro donde está el ensayo, debe traducirse como: “Feliz, pero no demasiado”

Ellas me cuentan que no es su trabajo más formal, ni el mas serio, ni el que le dio más prestigio académico, pero después de no parar de reírme en las tres leídas que le he dado a sus verdades tan grandes como catedrales, me atrevo a hacer aquí una presentación somera de su contenido, en la confianza de pueda servir de aviso a ustedes sobre lo que encontraran y contribuir así al progreso del conjunto de la sociedad. Je, je, je, je.

El ensayo se llama: Las leyes fundamentales de la estupidez humana, en el, Cipolla plantea las cinco leyes fundamentales de la estupidez humana:

  • La Primera Ley Fundamental: " Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo".
  • La Segunda Ley Fundamental: " La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona
  • La Tercera Ley Fundamental: " Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".
  • La Cuarta Ley Fundamental: " Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas.
  • La Quinta Ley Fundamental: " La persona estúpida es el tipo de persona más peligroso que existe. El estúpido es más peligroso que el malvado".

Y establece las cuatro categorías fundamentales de personas

Los incautos

Los inteligentes

Los malvados

Los estúpidos

¿Leído el ensayo se aventurarían ustedes a tratar de ubicar nombres de personajes del ámbito internacional, nacional, local o de nuestro entorno laboral y domestico que podrían hacer parte de este vademécum? Lo he hecho varias veces y mi nombre no tarda en aparecer, lo cual por supuesto me remite a mi pregunta original y dolorosa: ¿soy estúpido?

He pasado varias pruebas de coeficientes de inteligencia con buenas calificaciones. Desafortunadamente, sé como funcionan estas pruebas y que estas nada demuestran.

Varias personas me han dicho que soy inteligente. Pero eso tampoco demuestra algo. Estas personas pueden ser tal vez muy consideradas como para decirme la verdad. O a la inversa, podrían estar intentando usar mi estupidez para sus propios fines ventajosos. O podrían ser tan estúpidos como yo.

Quedo con un pequeño asomo de esperanza: muy a menudo estoy intensamente consciente de cuan estúpido soy (o he sido). Y esto indica que no soy completamente estúpido.

He tratado de ubicarme en la matriz de Cipolla, utilizando lo más que sea posible resultados medibles de acciones, en lugar de opiniones, como un termómetro. Dependiendo de la situación, parece que deambulo alrededor del lado superior de la malla, entre las áreas H e I; pero en algunos casos quedo desesperadamente perdido en He. Tan solo deseo quedar ubicado en el lado derecho de la diagonal con tanta frecuencia como lo creo.

Después de tres lecturas al texto, me atrevo a proponerles a ustedes algunos corolarios adicionales a las cinco leyes fundamentales. Los insto a proponer otros:

  • En cada uno de nosotros hay un factor de estupidez, que siempre es más grande de lo que suponemos.
  • Cuando la estupidez de una persona se combina con la estupidez de otras, el impacto crece de manera geométrica --es decir, por multiplicación, no adición, de los factores individuales de estupidez.
  • La combinación de la inteligencia en diferentes personas tiene menos impacto que la combinación de la estupidez, porque (Cuarta Ley de Cipolla) " la gente no estúpida tiende siempre a subestimar el poder de daño que tiene la gente estúpida".

Como siempre, hasta otro envío de Leer Libera y a disfrutar pues.

Un abrazo,

Omar

PD. Quien desee el texto de Tabori, me cuenta y se lo mando.

El Autor: Carlo M. Cipolla (1922-2000)

Historiador italiano especializado en la historia de la economía. Nacido en Pavía, estudió en la Sorbona y en la London School of Economics. Empezó a trabajar en la Universidad de Catania, en Sicilia, pasando después por las universidades de Venecia, Turín, Florencia, Pavía y Pisa. En 1959 se incorporó a la Universidad de California en Berkeley donde permaneció hasta su retiro en 1991, como Profesor Emérito de Historia Económica.

Fue un autor prolífico, creativo y con diversidad de intereses. Su autoridad fue siempre reconocida en la historia económica, especialmente en la historia del dinero y de la población, pero trabajó también en la historia de la tecnología, la alfabetización y los sistemas sanitarios. Sus primeros estudios se centraron en la evolución de la moneda en el ámbito mediterráneo a finales de la edad media, destacando su libro Moneda, precios y civilización en el área mediterránea (1956). Posteriormente realizó notables contribuciones a las respectivas historias de la técnica, de la alfabetización y de los sistemas sanitarios. Obras significativas de estos temas fueron Hombres, técnicas, economía (1962), Educación y desarrollo en Occidente (1969), Contra el enemigo invisible (1985) y Miasmas y humores (1989). Muy interesado por la incidencia de la demografía en la economía, quizá sus trabajos más importantes fueron Historia económica de la población mundial (1962) e Historia económica de la Europa preindustrial (1974). También fue director de la monumental Historia económica de Europa (9 vols., 1972-1976). Entre sus últimos ensayos merece especial mención el titulado La odisea de la plata española (1999).

Obtuvo numerosos reconocimientos y honores, desde el doctorado honorífico en medicina por la universidad de su Pavía natal, hasta la membresía en la Royal Historical Society of Great Britain, la American Academy of Arts and Sciences, y la Accademia dei Lincei, a la que había pertenecido Galileo.

Tomado de:

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