jueves, 19 de julio de 2007

Leer Libera: Entrega XX (Las vocales málditas)


Hola, en esta entrega de “Leer Libera” quiero sorprenderlos; como me sorprendí yo, cuando me topé de frente con el libro que les envío hoy día. Es un texto corto, divertido y apenas justo para estos días de descanso por fiesta patria. Eso sí, agradezco no incomodarse por el título del libro.
Si les contara que van a disfrutar o padecer, según lo experimente cada cual, de una serie de lipogramas, ¿Qué pensarían? Les confieso, que la primera vez que escuche la palabreja, me sonó como a perfil lipídico, esos horribles exámenes de sangre que tanto he padecido o las cirugías éstas, tan en boga por estos tiempos, donde se quiere solucionar con bisturí, cánulas y aspiradoras, los excesos de grasa que se acumulan en el cuerpo de las personas que no se niegan placeres pantagruélicos. Sin embargo, por dármelas de erudito, quise etimológicamente tratar de ubicar el significado. Pobre de mí. Solo pude llegar a pensar, que era algo así como escritura en grasa.
Una juiciosa búsqueda en el DRAE, me enfrentó con mi yerro. Solo en ese momento supe que un lipograma (Del gr. λεπειν, abandonar, y -grama), es un texto en que se omite sistemáticamente alguna letra (o varias) del alfabeto. La letra omitida suele ser una letra muy común, como en español la a o la e en el francés. Algunos lipogramas particularmente ingeniosos, omiten todas las vocales salvo una, con lo que se reduce mucho el conjunto de palabras que se pueden escribir y los textos pueden quedar muy forzados. En resumen, un lipograma es un texto marcado por la ausencia sistemática de una letra. Su grado de dificultad es directamente proporcional a la frecuencia de aparición de la letra ausente en el idioma del texto. Los lipogramas más apreciados son aquellos que prescinden de una vocal, especialmente de la A o de la E.
Crecer en una casa con bibliofilia y tener libros de más, tiene ventajas y desventajas. La desventaja mayor es cohabitar con libros ocultos por barreras de libros, con volúmenes que se esconden y desaparecen cuando uno más los necesita; la máxima ventaja, se me ocurre ahora, es reencontrar obras que uno tenía olvidadas y que tras su reaparición parecen nuevas. Eso me pasa siempre que limpio un poco la biblioteca o busco algún ejemplar escurridizo: saltan otros que, como faros, encandilan mi atención y me permiten recobrar antiguos gozos.
Me pasó hace unas semanas ese fenómeno. Sin quererlo, saltó a mis manos un ejemplar del extinto e inefable Magazín Dominical de El Espectador, con una nota sobre el libro Las vocales malditas, ese portentoso juego narrativo del escritor mexicano Óscar de la Borbolla. Este señor, ha trabajado una obra literaria original, a veces excéntrica, como ocurrió en 1991 con Las vocales malditas, libro que a mi juicio es la mayor apuesta lúdica en el ámbito de las letras Castellanas. Es un libro que me gusta. Mucho. Un libro que extrañaba.
Sin embargo, con la excepción del cuento “Cantata a Satanás” que aparece en el Magazín de El Espectador, nunca he tenido en mis manos un ejemplar impreso de los dichosos cuentos. Y no es porque no les haya buscado en todas las librerías que conozco y frecuento. Pero con la Internet, las cosas son a otro precio. Mis amigos de Alas de Papel, digitalizaron una edición del libro y la pude descargar desde su sitio en la Web. Esta es la versión que quiero compartir hoy.
¿Y qué hay de raro en ese libro? ¿Por qué vale tanto según este servidor y según muchos otros? Tiene apenas, y con una tipografía y una diagramación muy estirada, diecinueve paginitas. Lo asombroso viene luego, cuando empezamos a recorrer su contenido: cinco cuentos escritos cada uno con cada una de las vocales, es decir, en cada narración sólo hay palabras cuyas vocales son “aes”, luego “es”, después “íes” y así también con la “o” y la “u”. Lo que impresiona no es tanto el propósito, sino los resultados: cinco cuentos hermosos, desafiantes, llenos de humor e ingenio, deslumbrantes en suma. Aunque el de la “i” y la “u” son los más difíciles, De la Borbolla los resuelve con una destreza que deja boquiabierto al lector. El desafío mayor, claro, consiste no sólo en sumar palabras con una vocal en cada cuento, sino en darles lógica, en imponerles un hilo conductor perfectamente visible.
En suma, Las vocales malditas, es uno de esos libros que deben leerse con cierta predisposición, de preferencia cuando no haya algo interesante en la televisión. Je, je, je. Se debe estar condicionado a divertirse un rato y estar de humor para los juegos de palabras. Con estas dos condiciones, es sencillo devorarse los cinco cuentos lúdicos de Óscar de la Borbolla.
Estos son los cuentos que contiene y, de paso, incluyo una breve reseña de cada uno:
Cantata a Satanás es acerca de Abraham y Sara, una pareja con conflictos como cualquier otra, ¿no? ¡No! Son conflictos un poco más serios, tan serios que Sara ha invocado a Satanás para librarse de su marido y acercarse a Baltasar, así que juntos se dedicarán a idear alguna artimaña para eliminar al ferviente marido.
El hereje rebelde es un cuento de dos fieles creyentes que se corrompen y entregan a los placeres mundanos, huyendo de su fe, optando por las delicias terrenales.
Mimí sin bikini es una disculpa sin respuesta causada por un engaño. Un monólogo, un discurso frente a alguien que no se inmuta por responder.
Los locos somos otro cosmos es, de todos, el cuento más divertido, trata de un doctor que puede curar la locura o, en su intento, arrancarle la vida a sus pacientes. Otto, el doctor, se enfrenta a un demente (Rodolfo) bastante lúcido que sabe defenderse, pero sus súplicas carecen de importancia para Otto que, empeñado en curarlo, no entiende de razones.
Un gurú vudú Se necesita cierta perspicacia y paciencia para no botar este cuento y leerlo hasta el final. No sigue la línea de los cuentos anteriores donde la coherencia de las palabras es más clara. A pesar de esto, es algo entretenida la historia de Pupú Duc y su sucesor.
Dedíquenle 15 ó 20 minutos a este libro y saquen sus conclusiones.
Un libro genial, que según el propio autor, escribió para enseñarle las vocales a su hijo. Descarguen el archivo desde este link:  http://bit.ly/12u5wsb y léanlo ya. Pura calidad. A disfrutar pues.
Ciao, Omar
AUTOR
Óscar de la Borbolla, (México, DF, 1952). Es filósofo, escritor, poeta, ensayista y profesor titular en el área de Metafísica y Ontología en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Completó su Licenciatura y Maestría, con mención honorífica, en filosofía, en esta misma universidad. Realizó estudios de doctorado en filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, España. Colabora en la sección editorial del periódico Excélsior con la columna de ficción y humor negro denominada ¨Ucronías¨. Ha obtenido los siguientes premios por sus cuentos: Mención Honorífica en el Concurso Internacional de Cuento Esperante (1985), con el cuento ¨El canto de las sirenas¨, y el Premio Internacional de Cuento Plural (1987), con el cuento ¨Las esquinas del azar¨. También ha obtenido varios premios por sus novelas Nada es para tanto (1991) y Todo está permitido (1994).
Fuentes: