sábado, 27 de mayo de 2006

Leer Libera: Entrega III (Cien años de Soledad)


Cien años de soledad fue la obra que consagró a Gabriel García Márquez como uno de los mejores escritores del siglo. Mezcla de realismo, leyenda y sueño, con ella culminó la historia de la aldea de Macondo y de sus fundadores, la familia Buendía.

Cien años de soledad (1967), escrita durante su exilio en México, narra en tono épico la historia de Macondo, pueblo que acaba sepultado y destruido por las guerras y el progreso, y la de sus fundadores, la familia Buendía, a lo largo de cien años. El nombre de Macondo era el de una hacienda próxima a Aracataca, que García Márquez convirtió en uno de los referentes geográficos literarios más inolvidables, como el escritor estadounidense Faulkner había hecho con su condado de Yoknapatawpha (Mississippi).

Esta novela, que escribió en dieciocho meses, muestra ya el estilo consolidado del autor, en el que están presentes sus mundos y obsesiones, y que, con pequeños matices, constituye el núcleo principal de toda su obra. Al parecer, el mundo mágico de García Márquez proviene de las leyendas y relatos fantásticos que leyó en su infancia y que le permitieron desarrollar una imaginación desbordada cargada de imágenes obsesivas. Por otro lado, su formación literaria le llevó a escribir historias lineales (con principio y final secuencial) sobre situaciones comprensibles y reales, y personajes identificables, situando como fondo la historia de Colombia y la denuncia de la injusticia social, es decir, el mundo real. De la combinación de estos dos mundos surge el realismo mágico, término que aunque no agrade a muchos autores y críticos, sirve perfectamente para explicar este género literario.

Algo muy interesante de este libro es la asociación fantasmal con muchos fragmentos de la Biblia y la tradición Católica, como su evolución desde la creación (Génesis) hasta la destrucción (Apocalipsis) y hechos tan notables como la similitud de uno de sus episodios con la ascención de la Virgen María.

Tomado de:

http://es.wikipedia.org

Microsoft ® Encarta ® 2006.

sábado, 20 de mayo de 2006

Leer Libera: Entrega II (El código Da Vinci)


El código Da Vinci es una novela de misterio, perteneciente a la literatura popular, escrita por Dan Brown y publicada por primera vez por Random House en 2003 (ISBN 0385504209). Es un bestseller mundial, con más de 44 millones de ejemplares vendidos.

Combinando los géneros de suspense detectivesco y esoterismo new age con una supuesta teoría de conspiración relativa al Santo Grial y al papel de María Magdalena en el cristianismo. La novela espoleó el difundido interés (sobre todo en los Estados Unidos de América) por ciertas teorías de complots “urdidos en la sombra por poderes ocultos”, un fenómeno definido por Brown como el “auge conspiranoico”.

El Código Da Vinci es una secuela de su novela anterior Ángeles y demonios (2000), que no alcanzó el éxito editorial de ésta (otras dos novelas anteriores del mismo autor tampoco lograron mayor repercusión). Por otro lado, las teorías que Brown sostiene en esta obra, han despertado gran cantidad de críticas en los medios académicos, incluyendo la redacción de por lo menos diez libros que refutan sus argumentos.

El libro afirma que la Iglesia estaría presuntamente involucrada en una conspiración para encubrir la verdadera historia de Jesucristo, quien, según la novela, habría tenido descendientes en Francia. Esto implicaría que se habría vivido conscientemente dentro de una mentira los últimos dos mil años.

A pesar de ser una obra de ficción pensada con fines comerciales, algunos grupos parodiados en ella se han defendido diciendo que el libro es inexacto e incoherente ya que, por ejemplo, en las descripciones que se muestran de varias obras de arte como "La última cena" el autor pareciera modificar detalles de las mismas con el propósito de darle sentido al argumento de su obra. Los mismos grupos también han pedido al autor que aclare que gran parte de las afirmaciones que están presentes en su obra son ficción. Algunos juicios se han entablado contra Brown por un presunto plagio a otros autores, pero hasta la fecha no ha podido probarse.

Con la película (estrenada esta semana en todo el planeta) en manos de Columbia Pictures y el director Ron Howard (con Tom Hanks de protagonista) se trata ya de un acontecimiento propio de la cultura de masas. Los protagonistas se ven envueltos en un thriller de aventura, descifrando la simbología secreta en la pintura de Leonardo Da Vinci. Y el mensaje que transmite la novela es básicamente el siguiente:

  1. Jesús no es Dios: ningún cristiano pensaba que Jesús es Dios hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea del 325.
  2. Jesús tuvo como compañera sexual a María Magdalena; sus hijos, portadores de su sangre, son el Santo Grial (sangre de rey = sang real = Santo Grial), fundadores de la dinastía Merovingia en Francia (y antepasados de la protagonista de la novela).
  3. Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina-femenina (como Marte y Atenea, Isis y Osiris); los primeros seguidores de Jesús adoraban "el sagrado femenino"; esta adoración a lo femenino está oculta en las catedrales construidas por los Templarios, en la secreta Orden del Priorato de Sión -a la que pertenecía Leonardo Da Vinci- y en mil códigos culturales secretos más.
  4. La malvada Iglesia Católica inventada por Constantino en el 325 persiguió a los tolerantes y pacíficos adoradores de lo femenino, matando millones de brujas en la Edad Media y el Renacimiento, destruyendo todos los evangelios gnósticos que no les gustaban y dejando sólo los cuatro evangelios que les convenían bien retocados. En la novela el maquiavélico Opus Dei trata de impedir que los héroes saquen a la luz el secreto: que el Grial son los hijos de Jesús y la Magdalena y que el primer dios de los "cristianos" gnósticos era femenino.

Todo esto no se vende como una ucronía o una novela de historia-ficción en un pasado alternativo o una Europa imaginaria. Se intenta vender como erudición, investigación histórica y trabajo serio de documentación. En una nota al principio del libro, el autor, Dan Brown, declara: "todas las descripciones de arte, arquitectura, documentos y rituales secretos en esta novela son fidedignas". Como se ve en su lectura, esto es falso: los errores, las invenciones, las tergiversaciones y los simples bulos abundan por toda la novela. La pretensión de erudición cae al suelo al revisar la bibliografía que ha usado: los libros serios de historia o arte escasean en la biblioteca de Brown, y brillan en cambio las paraciencias, esoterismos y pseudohistorias conspirativas.

(Tomado de: http://es.wikipedia.org)

Definitivamente, Brown no será el próximo candidato al Nóbel de literatura, pero les envío el libro para que se formen su propia opinión de un texto tan controversial.

Ciao

Omar

viernes, 12 de mayo de 2006

Leer Libera: Mensaje inicial


Muchos esperan el sábado y el domingo sólo para leer. Adaptan el tiempo de ocio al tiempo ciudadano. Me parece buena costumbre, mientras nos falte tiempo ciudadano, es decir, tiempo para cultivar lo que más nos interesa de nuestro espíritu, la libertad, durante la semana laboral. También mi natural escepticismo queda suspendido por la lectura de ciertos libros el fin de semana.

Apreciados amigos, a partir de hoy, si ustedes me lo permiten, quiero compartir mi biblioteca de e-books, que ya supera varios centenares de textos. Me propongo semanalmente hacerles llegar por este medio, un texto
para su disfrute. He usado en el asunto de este mensaje, el nombre del Plan Nacional de Lectura "Leer libera" porque creo profundamente en ese par de palabras y resumen de manera precisa lo que se pretende incentivando el habito de la lectura.

Quienes no deseen recibir el mensaje semanal con el e-book adjunto, por favor háganmelo saber para darles de baja en la lista que he construido para este propósito.

Este primer mensaje es un poco extenso, incluye una carta escrita por Gustavo Vásquez Lozano a una niña que no quiere leer, adicionalmente y como ecos de la visita del Dalai Lama a Colombia les envío el texto de su discurso al recibir el premio Nóbel en 1989 y un cuento infantil de orientación budista.
Hasta pronto,
Omar Sierra

Carta a una niña que no quiere leer

Querida Brenda: Hoy has puesto de lado con disgusto el libro que elegí para que practicaras la lectura. ¿Cómo te convenzo de que nada puede compararse con ese torrente de emociones que es leer? Algún día me sentaré contigo y te explicaré por qué los libros son mejores que la tele. Los libros son etapas de la vida.

Hay una historia de un niño al que le encantaba leer y que un día encuentra el libro perfecto: un libro que no termina nunca. Creo que todo lector devoto encuentra un día su propio libro perfecto, el libro que lo conmociona a tal grado que lo hace amante de la lectura. Como David Copperfield, que se consolaba leyendo cuentos infantiles, algunos leemos como si en ello nos fuera la vida, usando los libros no sólo como un consuelo, sino como una manera de navegar por la realidad, de descubrir cómo sobrevivir en un mundo tantas veces hostil hacia la imaginación.

Mi libro perfecto fue precisamente La historia sin fin, de Ende. Cuando te topes con esa historia maravillosa -cualquiera que ésta sea- pasarás tardes enteras delante de las páginas impresas, con las orejas ardiéndote y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidada del mundo sin darte cuenta de que tenías hambre o de que te quedabas helada. Eso es algo que deseo que te suceda.
"¿Qué cosa parecida obtenemos hoy al leer que pueda igualar la emoción y la revelación de esos primeros 14 años?", preguntaba alguna vez Graham Greene refiriéndose a sus primeros libros perfectos.

Añoro que al leer Beau Geste sientas el calor del desierto, la cara roja por la arena transportada por el viento y la lengua pega-da al paladar, mientras acompañas a Miguel Geste por las dunas en busca del Agua Azul, el enorme diamante que desaparece misteriosamente. Pero no dejes a Geste solo en el desierto. Te aseguro que si abandonas el libro, él se quedará ahí para siempre, sin encontrar a su amada Isobel. Si dejas al Capitán Bligh en Hombres contra el mar luchando contra la tormenta en su frágil lancha, con-tenderá eternamente con las olas y los arrecifes, a menos que tú lo acompañes a buen puerto.

Algunas de estas historias leerás en lo secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque papá o mamá o alguna otra persona habremos apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tienes que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito. Y te estarás preguntando si Douglas Quail, en un pequeño y maravilloso cuento titulado Usted lo recordará perfecta-mente, estaba imaginando o realmente fue a Marte.

Si lees Momo, nunca volverás a ver la Luna como lo hacías antes, porque habrás descubierto que en realidad no es la Luna, sino el espejo de la niña, de Momo, pero esto no debo contártelo, porque quiero que tengas el placer de leerlo por ti misma.
Con ciertos libros llorarás abierta o disimuladamente lágrimas amargas porque una historia maravillosa acaba y habrá que decir adiós a personajes con los que creciste, a los que querías y admirabas, por los que habrás temido y rezado, y sin cuya compañía la vida parecerá vacía y sin sentido.
Igual que Lucy Barfield y sus primos, de regreso a casa tras su viaje por Narnia, extrañarás el sabor de los tocinos de cielo y te preguntarás si será posible seguir adelante sin la presencia reconfortante de Arlán. Tal vez añores como yo escuchar la voz de Graógramann, el león de La Historia sin fin, en los momentos más terribles de la vida.
Si puedes, lee libros gordos, flacos, pequeñitos, lujosos y mal-tratados, con dibujos y sin dibujos, y te darás cuenta de que, con frecuencia, libros olvidados que dormitan en algún rincón, contienen historias extraordinarias, más allá de todo lo imaginado. ¡Quién sabe cuántas narraciones imposibles y encantadoras descansen ahí esperándote!
Pero no todo es fantasía y ficción. Hay también libros con cosas reales, y con el poder de hacer que la Tierra gire para el otro lado. Hace algunos años, un estudiante llamado Smith encontró en un convento de Jerusalén un libro de apariencia inocente, cuya existencia nadie conocía, y que ha puesto a discutir a todo el mundo acaloradamente.
Tal es el poder de las hojas empastadas.
Otro placer muy señalado encontrarás en regresar a tus viejos libros cuando seas mayor, lo cual será como un reencuentro de esos que en la vida nos pasamos añorando y nunca tenemos. Ahí estarán, guardados amorosamente, tus compañeros Miguel Geste, Momo con su falda de remiendos, el imponente Graógramann, Douglas Quail y William Bligh, el capitán que venció al mar.
Con ellos, estará empastada la historia de tu vida. Y luego, algún día, tendrás edad suficiente para empezar a leer cuentos de hadas de nuevo.
Pero, por ahora, tengo que intentar convencerte de que tomes de nuevo el libro y leas La isla del tesoro.

Gustavo Vázquez Lozano